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¿Cuándo ir a Altea?: el tiempo en Altea, del invierno al verano

Siempre es buen momento para visitar Altea porque esta villa marinera es un enclave privilegiado de la Costa Blanca alicantina que tiene encanto en cualquier época del año.

Protegida a su espalda por la Sierra Bernia y por las aguas del Mediterráneo, que llegan suavemente a su costa, Altea es una localidad de clima suave, donde el frío intenso y el calor extremo son situaciones excepcionales. En los meses de invierno, la temperatura media oscila entre los 9º – 18º y en los de pleno verano, no suele superar los 30º – 31º, calor, pero sin llegar a temperaturas difíciles de soportar.

Altea y su climatología benigna ofrecen opciones para disfrutar de un sinfín de actividades. Teniendo en cuenta tus planes, deberás consultar la meteorología prevista durante tu visita. Si es en verano, el buen tiempo está casi garantizado.

Los días más frescos también tienen su encanto, porque son ideales para perderte por las callejuelas del casco antiguo y visitar la iglesia del Consuelo con sus espléndidas cúpulas azules o acercarte a alguno de los espectaculares miradores, para contemplar la bahía. Cuando el calor aprieta, la costa y las playas de Altea son el lugar perfecto para desconectar o para alquilar un barco y descubrir sus calas de aguas cristalinas. Los meses de julio, agosto o septiembre, con la mar en calma, son perfectos para vivir esa experiencia tan especial.

Altea en verano: el clima perfecto para una escapada o unas vacaciones

Para disfrutar del sol y del mar la mejor época para ir a Altea es la temporada estival, que abarca los meses de junio a septiembre aunque, con los veranos, cada vez más largos por el efecto del cambio climático, las buenas temperaturas se pueden llegar a prolongar hasta octubre o incluso primeros de noviembre, cuando no es extraño sorprenderte con unos agradables 20º.

El mes más caluroso es agosto, con unas máximas medias de 30º – 32º y días de sol espléndido acompañados de suave brisa marina. También la temperatura del mar es perfecta para un refrescante baño en playas como: Cap Negret, La Roda, Cap Blac, L’Espigó o L’Olla.

Julio también es una opción perfecta para disfrutar de Altea, con unas temperaturas muy similares a las de agosto, quizá con uno o dos grados menos. Por su parte, junio y septiembre se suelen quedar en torno a los 25º, por lo que si estás pensando en pasar unos días en Altea a principios o finales del verano, estás a tiempo de disfrutar de esta  opción más que apetecible.

En julio y agosto el tiempo predominante es de cielos despejados y lluvias excepcionales, condiciones ideales para tumbarte al sol, descansar y practicar todo tipo de actividades acuáticas, desde buceo, para descubrir los bellos fondos marinos de la bahía de Altea, hasta kayak, paddle – surf, vela o simplemente alquilar un parco con patrón en Altea  para dar un tranquilo paseo por el mar. Pasarás un día navegando por las aguas tranquilas predominantes en estos meses.

Septiembre es un mes de temperaturas agradables, aunque el tiempo es algo más cambiante y puede sorprenderte algún chaparrón o una tormenta típica del final del verano, cuando el agua del mar empieza a disminuir su temperatura y el choque térmico con el aire de las capas altas de la atmósfera provoca esta situación característica del clima del Levante. Aún así, es un mes ideal para conocer Altea, realizar alguna ruta de senderismo, excursiones cercanas y por supuesto, disfrutar de las fiestas tradicionales de la localidad, en especial, los Moros y Cristianos, un espectáculo que merece la pena vivir.

Altea, también en invierno

Los meses más fríos en Altea son enero y febrero, aunque la acción del Mediterráneo suaviza las temperaturas del invierno, que no suelen bajar de los 9º incluso por las noches. En las horas centrales del día, llegar o superar los 15º – 17º no es extraño por lo que también los inviernos en Altea son, en general, una época muy agradable para conocer sus bellos rincones, sus coquetas tiendas, la sierra cercana y también para saborear su gastronomía, incluyendo sus ricos guisos marineros que, en esta época, apetecen especialmente.

A medida que se acerca la primavera, las temperaturas suben y entre marzo y mayo los 20º – 25º se van imponiendo hasta llegar a junio, un mes también ideal para ir a Altea, que, en primavera se presenta con menos visitantes que en agosto, pero igual de bella.

Como conclusión, tienes por delante unos espléndidos julio y agosto en los que Altea de espera con sus playas, calas y puertos preparados para que descanses bajo el sol del Mediterráneo combinando relax, cultura, ocio, deporte y diversión, todo con unas temperaturas donde el calor es evidente sin llegar a resultar sofocante, otro ‘regalo’ de Altea que hace que quien la visita, siempre regrese.

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